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Implante de retina promete restaurar la visión: cómo funciona el innovador dispositivo

Investigadores israelíes desarrollaron un prototipo híbrido que podría cambiar el futuro de los tratamientos contra la ceguera degenerativa.

Implante de retina promete restaurar la visión: cómo funciona el innovador dispositivo

Investigadores israelíes desarrollaron un prototipo híbrido que podría cambiar el futuro de los tratamientos contra la ceguera degenerativa.

La lucha contra la ceguera causada por enfermedades degenerativas acaba de sumar un desarrollo que despierta expectativas en la comunidad científica internacional. Un equipo de la Universidad Bar-Ilan, en Israel, presentó un implante de retina de diseño híbrido que integra microelectrodos con neuronas cultivadas a partir de células madre.

El dispositivo, descrito en la revista Advanced Functional Materials, apunta a superar las limitaciones de los sistemas artificiales actuales, capaces de devolver apenas destellos o siluetas poco definidas.

El prototipo está compuesto por diminutos depósitos donde se alojan neuronas vivas, obtenidas de células madre pluripotentes. Estas células son capaces de establecer conexiones con el tejido ocular dañado y transmitir señales más precisas al nervio óptico. En paralelo, una matriz de microelectrodos refuerza la comunicación eléctrica, optimizando la definición de las imágenes y reduciendo el consumo de energía. El resultado, según los ensayos preclínicos, es una respuesta visual más estable y con mayor rango de contraste que la registrada en otros implantes.

Durante las pruebas con ratas, los investigadores comprobaron que las neuronas implantadas no solo sobrevivieron al proceso, sino que también comenzaron a integrarse con la retina del animal. Esta integración temprana es clave, ya que permitiría al sistema adaptarse de manera progresiva a las variaciones del entorno luminoso y del comportamiento ocular. De validarse en humanos, abriría la posibilidad de tratar patologías hoy sin cura, como la retinitis pigmentaria, la degeneración macular asociada a la edad o ciertas secuelas de traumatismos oculares.

 

El desarrollo fue posible gracias a la colaboración de especialistas en bioingeniería, neurociencia y oftalmología, así como al apoyo financiero de organismos públicos y empresas tecnológicas israelíes. El siguiente paso será cumplir con las exigencias regulatorias y diseñar ensayos clínicos de fase inicial, previstos para 2026. Estas pruebas evaluarán la seguridad del implante y su eficacia para mejorar la visión en pacientes con pérdida severa de fotorreceptores.

Para los autores, el implante no pretende sustituir la complejidad del ojo humano, sino recrear un canal funcional que permita recuperar cierta autonomía visual. Si los resultados se confirman en humanos, el dispositivo podría transformar la vida de millones de personas afectadas por ceguera degenerativa en todo el mundo, ofreciendo una alternativa menos invasiva y más natural que los dispositivos puramente electrónicos.

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